La demanda nacional aportó 2,8 puntos porcentuales al crecimiento anual del PIB, 1,1 puntos porcentuales más que en 2023, y la demanda externa contribuyó con 0,4 puntos, seis décimas más que en el año anterior. El INE revela, no obstante, que, en términos trimestrales, la demanda externa tuvo una aportación negativa de 0,4 puntos en los tres últimos meses del año.
La economía española se expandió un 0,8% en el cuarto trimestre de 2024, tasa similar a la del tercer trimestre y superando la previsión del 0,6%, según las primeras estimaciones, gracias a una contribución de la demanda interna de 1,2 puntos porcentuales.
El consumo de los hogares se ha ido recuperando con la desaceleración de la inflación y el aumento de los salarios, que han subido en torno al 5% de media. Además, el Ejecutivo español optó por mantener las ayudas destinadas a mitigar el impacto de los precios. La subida del 8,5% de las pensiones también ha contribuido al buen comportamiento de la demanda interna, lo que también se ha traducido en un ligero aumento del ahorro.
Las cifras récord del turismo siguieron ayudando al crecimiento de la economía, a pesar de la fuerte subida de los precios. Pero también el número de inmigrantes, que ha compensado el descenso de la población y satisfecho la necesidad de mano de obra. Según la Encuesta de Población Activa, divulgada por el IBGE el martes, de los 468 mil empleos creados el año pasado, sólo 59 mil fueron ocupados por nacionales. El 88% de los empleos creados se deben a trabajadores extranjeros o con doble nacionalidad.
El valor del PIB a precios corrientes para todo el año 2024 fue de 1.593.136 millones de euros, es decir, un aumento del 6,3% en comparación con 2023.
En diciembre, el Banco de España había mejorado en tres décimas sus previsiones de crecimiento económico para 2024 y 2025, estimando incrementos del PIB del 3,1% y del 2,5%, respectivamente. Una decisión justificada por el buen comportamiento de la actividad en el segundo semestre de 2024, en particular, del consumo privado y público.
En el cuarto trimestre, el gasto de las administraciones públicas creció un 0,4% y la formación bruta de capital (inversión) aumentó un 2,8%. La evolución del consumo público, sobre todo en las comunidades autónomas, se explica por el dinamismo de los ingresos públicos debido a la inflación.
El banco central español destacó que el crecimiento del PIB en 2024 y 2025 se apoya esencialmente en la demanda interna y, sobre todo, en el consumo privado, debido a la evolución positiva de la renta disponible, el mercado laboral, la confianza de los hogares y el aumento previsto de la población .
La Comisión Europea también mejoró sus perspectivas del PIB en noviembre, pronosticando que España crecería un 3% en 2024 y un 2,3% este año.